El Gobierno Nacional anunció oficialmente el traslado temporal de su sede administrativa a la ciudad de Latacunga, capital de la provincia de Cotopaxi. Esta decisión, que responde a motivos estratégicos y de seguridad, ha generado un amplio debate en el ámbito político y social del país.
Latacunga, conocida por su ubicación estratégica en el centro del territorio ecuatoriano, se convierte así en el nuevo punto de operaciones del Ejecutivo. La medida busca garantizar mayor cercanía a diversas regiones del país, especialmente la Sierra centro y la Amazonía, además de reforzar la capacidad de respuesta del Estado frente a situaciones de emergencia. Según el presidente, este traslado tiene como objetivo “acercar al Gobierno al pueblo” y descentralizar las actividades que por tradición se concentran en Quito.
El cambio de sede ha despertado opiniones encontradas. Por un lado, sectores ciudadanos y productivos de Cotopaxi celebran la decisión, ya que la presencia del Gobierno podría dinamizar la economía local, incrementar el turismo y dar mayor visibilidad a la ciudad. Autoridades locales también destacan que esta acción permitirá que Latacunga se consolide como un polo estratégico de desarrollo.
No obstante, críticos de la medida consideran que se trata de una acción simbólica sin planificación suficiente. Argumentan que Quito, como capital histórica y sede de los principales organismos del Estado, concentra la infraestructura necesaria para el funcionamiento gubernamental, mientras que Latacunga podría enfrentar dificultades logísticas para acoger de manera permanente las actividades de Carondelet y ministerios.
Más allá de la controversia, el traslado marca un hecho histórico en la política ecuatoriana. Latacunga, con su tradición cultural y su posición geográfica privilegiada, será el centro de las decisiones nacionales durante este período, y su papel podría redefinir la relación entre el Estado y las provincias del centro del país.
